Tengo el honor de presentarles a Jesús Manrique Medina, un ingeniero técnico industrial especializado en prevención de riesgos laborales (PRL), exploramos el recorrido profesional de alguien cuya vocación se consolidó en el camino.
Jesús, actualmente responsable del Servicio de Prevención Propio en su empresa, nos comparte su experiencia, aprendizajes y retos en un sector tan complejo como apasionante.
A través de sus respuestas, descubrimos cómo su interés por la seguridad y salud en el trabajo fue desarrollándose hasta convertirse en una auténtica misión de vida, marcada por el deseo de proteger a sus compañeros y promover una cultura de seguridad sólida y compartida.
Además, Jesús nos habla sobre su obra «Prevención Canalla,» un libro en el que reflexiona desde una perspectiva crítica sobre la situación actual del ámbito preventivo y los desafíos que enfrentan los técnicos en PRL.
Con un enfoque directo y sincero, invita a la sociedad a replantearse su percepción de estos profesionales, subrayando la importancia de la concienciación y el trabajo en equipo para alcanzar una mejora real en la seguridad laboral.
Iniciaste tu trayectoria como Ingeniero técnico industrial ¿Qué despertó tu interés inicial en la prevención de riesgos laborales?
En esta pregunta, he de serte sincero ya que, cuando eres joven y terminas de estudiar la carrera (en mi caso de ingeniería) te quieres seguir formando con el ánimo de abrir campos en tu futuro laboral, quizás, sin pensar mucho más que en labrarte una trayectoria y poder tener las máximas oportunidades posibles.
El máster en PRL (cuando yo me formé era aún un máster) era una salida muy frecuentada dentro de mis estudios, elegida por múltiples compañeros porque, como era lógico, nos encontrábamos un sector en auge y que venía creciendo exponencialmente gracias a grandes profesionales que por aquella época luchaban y se enfrentaban a múltiples problemáticas para alcanzar el grado de seguridad y salud que hoy en día nos encontramos.
Mi vocación se puede decir que fue un descubrimiento “a posteriori” y del que hoy me siento tremendamente orgulloso.
¿Cómo descubriste tu pasión por este campo y qué te motivó a seguirlo profesionalmente?
La pasión y las ganas de “cuidar de mis compañeros” me llegó de una forma gradual y podría compararlo a la sensación de montarte en un primer vagón de una montaña rusa.
Cuando te montas en esta atracción, hay momentos de subida, de coger aire y sentirte seguro, pero también existen otros tramos en los que la bajada es muy intensa y te hace sentir miedo y respeto a lo desconocido.
Son sensaciones contrapuestas que, sobre todo, en los primeros pasos en la prevención, te condicionan y te hacen crecer y madurar a la misma velocidad que se mueve cada una de estas cabinas.
Sea como fuere, una vez que te bajas y pisas tierra, te alegras enormemente de haber vivido esa experiencia y de haberte arriesgado para sentir algo diferente.
Esa es la sensación que se experimenta al ser prevencionista porque tras todo lo vivido y todo lo que te queda por vivir, crees que acertaste enormemente en “montarte” en esta profesión.
A lo largo de tu carrera, has trabajado en diferentes roles dentro de la PRL y en empresas importantes. ¿Podrías contarnos cómo fue tu evolución profesional desde tus inicios hasta llegar a tu puesto actual?
Cuando inicias tus pasos profesionales siempre compensas tu inexperiencia con la ilusión y ganas por introducirte en el mundo laboral, sentirte útil y hacer tu trabajo de la mejor manera posible.
Así comencé yo en mi primer trabajo relacionado con la prevención de riesgos laborales como coordinador de seguridad y salud en obra que, desde mi punto de vista, puede ser uno de los puestos más duros de este sector.
Creo que en mi vida laboral soy un auténtico afortunado, porque he podido trabajar en distintas escalas, empresas y en puestos totalmente diferentes que te hacen aprender y sacar el máximo partido viendo la prevención desde todos los prismas posibles.
Esto para mí ha sido muy importante con vistas a crecer como profesional y como persona porque creo que me ha hecho ser mucho mejor compañero y tener como una de mis principales fortalezas la empatía.
A día de hoy puedo decir que tuve la gran suerte de encontrarme en mi camino a mi empresa actual donde desempeño la función de responsable del servicio de prevención y donde puedo aportar y sumar todos los conocimientos y experiencias obtenidas, donde me siento extremadamente feliz y donde he conseguido realizarme profesionalmente como prevencionista.
¿Qué hitos destacarías en tu trayectoria y cómo te han moldeado como profesional en prevención?
En esta profesión es complicado marcar hitos más allá del día a día y de la reducción de la siniestralidad laboral para llevarlo al cero absoluto o lo más cercano posible a ello.
Creo sinceramente que los hitos (por así llamarlos) en un prevencionista son silenciosos y pasan de puntillas para no ser detectados, para que con tu trabajo y sacrificio no se produzcan accidentes y consigas cohesionar a todos los integrantes de tu empresa para alcanzar este fin.
Si debo destacar algo, debo hacer referencia a dos objetivos cumplidos que para mí son muy importantes en el momento personal y profesional en el que me encuentro:
- En primer lugar, tener el respeto y el cariño de mis compañeros de trabajo que entienden en muchas ocasiones mi rol, mi trabajo y las dificultades con las que me puedo encontrar de forma continua, de igual modo que yo reconozco y valoro las suyas. Creo que formar un equipo en el que todos los peldaños de la empresa remen en la misma dirección respetando y valorando los esfuerzos de cada uno, es un gran paso hacia la mejora continua y hacia un ambiente de trabajo óptimo.
- En segundo lugar, la oportunidad que se me ha brindado de poder hacer realidad dos inquietudes personales, como son la de publicar un libro de mi puño y letra (cosa que tenía entre ceja y ceja desde bien pequeño) y de proyectar la necesidad de una mayor concienciación en la prevención de riesgos laborales, mostrando la cara más complicada en el trabajo de un técnico en prevención.
Actualmente, eres responsable del Servicio de Prevención Propio. ¿Cómo ha sido tu evolución en este puesto, y qué desafíos has enfrentado desde que asumiste este rol?
En el puesto que ocupo actualmente, como en cualquier otro, debes ir aprendiendo y creciendo de forma continua, guardando en tu mochila todo lo que te aportan los profesionales que tienes a tu alrededor.
Podría decir que tanto la empresa como yo hemos ido creciendo de la mano (preventivamente hablando) ya que sería injusto afirmar que uno aportó más a otro o viceversa.
Desde que entré por primera vez por las puertas de mi trabajo actual puedo decir que he crecido de una forma inimaginable en muchos sentidos, tanto a nivel personal, profesional como social, ya que me considero agraciado por los compañeros y amigos que me han acompañado en este trayecto.
Constituir un servicio de prevención propio es una tarea compleja en la que te debes apoyar mucho en las personas de tu alrededor, saber a dónde quieres llegar, luchando por ello día a día y ofreciendo lo mejor de ti en cada paso que das.
En siete años que llevo en mi puesto actual, he tenido una evolución que nunca jamás podría haber imaginado, ganando en madurez, capacidad de resolución de problemas y de conocimiento, pero sé que esto es algo que debe seguir aumentando en el futuro.
Sinceramente pienso que crear un sistema de gestión preventiva, hacerlo crecer y evolucionar de forma que hoy nos encontremos en el nivel de seguridad y salud que nos encontramos ha sido todo un bonito desafío y un gran camino que me ha encantado recorrer.
¿Qué te motiva día a día en tu trabajo y qué objetivos te has marcado en este puesto?
El objetivo común de todo prevencionista y de todo equipo dedicado a mejorar la seguridad y salud de los trabajadores es la siniestralidad cero.
Esa meta es, sin duda, la mayor motivación que puede tener un trabajador de nuestro sector y aunque es francamente complicado, tenemos la confianza de que en un futuro sea algo factible y alcanzable en el mundo laboral.
Por otro lado, y desde mi punto de vista, podría decir que trabajar para mis compañeros, con el fin de velar por su salud, por su seguridad y poder ser reconocido y apoyado por ello, es una motivación más que suficiente para levantarte todos los días sintiéndote afortunado por tu rol dentro de la empresa.
¿Qué te impulsó a escribir Prevención Canalla? ¿Hubo algún momento clave o alguna experiencia que te llevó a tomar esta decisión?
Como ya he comentado en una pregunta anterior, Prevención Canalla surge de dos grandes inquietudes.
La primera y con un carácter más personal es la de escribir, la de poder dar forma a un texto propio y poder publicarlo. Hacer algo mío que perdure en el tiempo y de lo que sentirme orgulloso.
Es algo con lo que soñaba desde pequeñito cuando me gustaba escribir a las columnas de opinión del periódico local para luego poder mostrárselo a mis abuelos y que se sintieran orgullosos del pequeñín que era por aquellos entonces.
La segunda, con un carácter más profesional, es la de dar voz a los técnicos en prevención de una forma general, destapar sus pensamientos, sus sentimientos, sus preocupaciones y sus miedos, además de mostrar a la sociedad la situación real en la que nos encontramos, todos los problemas que se generan y las complicaciones que nos encontraremos en un futuro de no cambiar la mentalidad preventiva desde la raíz, buscando soluciones y no solo responsabilidades.
¿Por qué elegiste este enfoque tan crítico y directo para tratar la prevención de riesgos laborales? ¿Qué mensaje principal querías transmitir con el libro?
Creo que es necesaria una mirada crítica en todo lo que se hace. Muchas veces llamar cada cosa por su nombre puede hacer abrir los ojos a todo aquel que esté fuera de un equipo preventivo (no del entramado preventivo que debe tener y tejer una empresa) porque creo que la figura del técnico en prevención está muy castigado y poco reconocido.
En el libro se exponen vivencias propias, preguntas reales y cuestiones que se plantean, conociendo ya la respuesta con antelación. Por un momento, pretendo llevar al lector al puesto de un técnico en prevención y ver la seguridad y salud desde un prisma diferente, enfocado a sentirlo en primera persona.
¿Cómo nos sentimos los técnicos en prevención?, ¿se está obrando de forma que se mejore la prevención en un futuro cercano?, ¿somos los técnicos los máximos responsables de todo lo que suceda en cuanto a seguridad y salud en una empresa?, ¿existe un manto de demagogia e hipocresía en esta prioridad laboral?… todo ello, lo expongo en este libro que creo que es de obligada lectura para los profesionales de nuestro sector y lo hago extensible a toda la sociedad para una mayor concienciación.
¿Cuál fue tu mayor motivación al escribirlo y qué esperas lograr con él en la comunidad PRL y más allá?
Concienciación, concienciación y concienciación.
Si toda la sociedad tuviera esta palabra como referente en su trabajo, la seguridad y salud estaría muchísimo más avanzada de lo que se encuentra actualmente.
De vez en cuando hay que alzar la voz para que se te oiga o levantar la mano para que se te vea y creo que los técnicos en prevención debemos reclamar nuestro sitio, nuestra importancia y mostrar nuestras debilidades, nuestra parte humana y nuestra cara más débil y frágil.
Se nos olvida que tras los responsables de que no le pase nada a nadie, hay personas con sentimientos, con miedos y con inquietudes que no se tienen muchas veces en cuenta y a los que no se les da toda la importancia que merece.
¿Qué pretendo?, pues poner voz a todo ello, a todas las personas que pensamos del mismo modo y que necesitan expresarlo para que el sistema cambie y, como he comentado antes, la concienciación se propague de forma exponencial en la población.
«Prevención Canalla» presenta una visión crítica sobre la prevención de riesgos laborales. ¿Qué aspectos del sector crees que necesitan ser replanteados o cuestionados?
Cada profesional del sector tendrá su listado de aspectos que deben mejorarse según su propia experiencia y su perfil.
Por señalar algo que es llamativo y que aún no he tratado en esta entrevista, podría nombrar la imagen errónea que todos los trabajadores tienen de los prevencionistas, asemejándolos con los “guardias civiles” de la obra o de la empresa.
Esto es algo que nos deberíamos plantear y preguntarnos ¿por qué se tiene esta imagen?
Sin querer hacer un spoiler de lo que plasmo en el libro, podríamos decir que esto se puede presentar por un desconocimiento por parte de los trabajadores de las funciones y responsabilidades del propio técnico y de los demás mandos intermedios, pero también porque, en la ausencia del técnico, no suele existir una vigilancia continua de las condiciones y medidas de seguridad.
Todos los caminos llevan a Roma y todas las preguntas, se podrían contestar con un aumento de la concienciación preventiva y de una mentalidad más abierta y enfocada a la seguridad.
Tendría mucho para poder escribirte en esta pregunta, pero creo que en Prevención Canalla lo podéis encontrar mucho más desarrollado y razonado.
¿Tienes algún capítulo o pasaje del libro que consideres clave o que haya sido especialmente desafiante de escribir?
Para mí el capítulo que más me llevo en el recuerdo es “De la prevención al sacerdocio” en la que comparo la figura del técnico en prevención a la de un sacerdote en el momento actual.
Os presento un mínimo párrafo de este capítulo para que os hagáis una idea de cómo he querido enfocarlo.
“Os quiero hacer la comparativa (y por favor, que nadie se me ofenda porque no es mi intención) al problema que se está dando hoy en día con el sacerdocio, con la necesidad de sacerdotes, de párrocos, por la obsoleta condición que marca la Iglesia dentro de sus requisitos de vida, de compromiso y de sacrificio.
Es de lo más normal y previsible que, si no avanzas, evolucionas y te adaptas al momento en el que te encuentras es posible que retrocedas en tus propósitos y, de corazón creo que es lo que está sucediendo en el mundo preventivo en el que, como ya he dicho, se marca una extremada demagogia y una falsedad que a día de hoy parece irreversible e irremediable.”
Por último: ¿Le gustaría aprovechar esta oportunidad para añadir algo más?
Agradezco mucho este último punto de tu entrevista, porque tengo que aprovechar esta oportunidad para reivindicar la importancia de los técnicos en prevención y pedir colaboración, respeto y reconocimiento para una figura que no es del todo valorada en una sociedad que debe seguir evolucionando en una mejora continua, enfocada en la seguridad y salud de las personas.
Es preferible ser críticos, saber en qué se está fallando, para poder abordar el problema y seguir evolucionando y no hundirse, atacando a los profesionales que dedican su trabajo a este cometido haciendo morir de éxito la prevención de riesgos.
Busquemos todos soluciones que son las que nos harán avanzar y crecer y no estancarnos en nuestros propios lodos.
¿Te atreves a ser un canalla?
Agradecemos a Jesús Manrique Medina por su tiempo y por compartir su experiencia y conocimientos con nosotros en conexión PRL.
Para más información, puedes seguirlo en LinkedIn: Jesús Manrique Medina