Percepción del riesgo laboral

Percepción del riesgo laboral

Cuando hablamos de seguridad laboral, quien se arriesga más, es el que tiene más posibilidades de  sufrir un accidente laboral, ya que su límite es más extenso y no sabe bien cuándo detenerse.

 

Esta afirmación resume uno de los temas más complejos y relevantes en la Prevención de Riesgos Laborales: la percepción del riesgo.


Aunque los procedimientos, las normas y la tecnología avanzan, el factor humano sigue siendo determinante. Comprender cómo las personas perciben el riesgo es esencial para prevenir accidentes y fomentar una auténtica cultura preventiva en las organizaciones.

La naturaleza subjetiva del riesgo

La percepción del riesgo no es igual para todos. Depende no solo del conocimiento técnico, sino también de cómo cada persona interpreta lo que ve, lo que siente y lo que cree que puede suceder.
Factores como la experiencia previa, la confianza, la presión del entorno o las emociones influyen en las decisiones que tomamos frente a un peligro potencial.

Un ejemplo práctico lo ilustra claramente: en una actividad grupal, se entrega un globo a cada participante con la consigna de inflarlo lo máximo posible sin que explote. Aunque el riesgo —la posibilidad de que el globo estalle— es el mismo para todos, cada persona detiene el inflado en momentos distintos. Algunos por precaución, otros por curiosidad, y algunos hasta lo hacen estallar.
El riesgo era el mismo. La percepción, completamente diferente.

El riesgo en el entorno laboral

En el ámbito laboral, esta diferencia puede ser crítica. Cada decisión que se toma durante una tarea está influida, en parte, por la percepción individual del riesgo.
Cuando un operario o un supervisor decide detener una actividad por considerarla peligrosa, está actuando desde su percepción y su nivel de conciencia preventiva.

Aquí surge la gran pregunta:
¿Todos los trabajadores ven el límite entre lo seguro y lo riesgoso de la misma manera?

La respuesta es no, y esa disparidad puede tener consecuencias graves. Por ello, la percepción del riesgo debe ser comprendida, gestionada y alineada dentro de la organización.

De la percepción subjetiva a la gestión objetiva

La percepción del riesgo es un fenómeno humano, pero su gestión debe ser objetiva.
Esto implica establecer procedimientos claros, formación continua y comunicación efectiva, de modo que las decisiones individuales se sustenten en criterios técnicos y no únicamente en sensaciones o hábitos.

Para ello, la empresa debe preguntarse:

  • ¿Los trabajadores poseen una conducta verdaderamente preventiva?

  • ¿Saben identificar los peligros y evaluar los riesgos asociados a su tarea?

  • ¿Sienten la confianza necesaria para detener una actividad insegura?

Las respuestas a estas preguntas reflejan el nivel de madurez preventiva de la organización.

Estrategias para fortalecer la percepción del riesgo

Mejorar la percepción del riesgo no se logra solo con formación técnica. Requiere intervenciones conductuales, liderazgo visible y cultura preventiva.
Algunas estrategias clave incluyen:

  • Capacitar de forma práctica y participativa, abordando la toma de decisiones frente al riesgo real.

  • Estandarizar procedimientos, para reducir la variabilidad de criterios entre trabajadores.

  • Promover la comunicación abierta, donde cada persona se sienta escuchada y empoderada para actuar preventivamente.

  • Reconocer las conductas seguras, reforzando positivamente los comportamientos que contribuyen a la seguridad colectiva.

La percepción del riesgo es un elemento intangible, pero su impacto en la seguridad es absolutamente tangible.
Ignorarla significa dejar que cada colaborador actúe bajo su propio criterio, lo que puede derivar en omisiones, subestimaciones o falsas confianzas.
Por el contrario, trabajar sobre ella nos permite construir organizaciones más seguras, donde la prevención no dependa del azar, sino de decisiones conscientes y responsables.

Recordemos:

La seguridad no se impone, se construye.
Y el primer ladrillo de esa construcción es entender cómo cada persona percibe el riesgo.