Tengo el honor de presentarles a José Antonio Amate Fortes, que ha dedicado más de 25 años de su vida profesional a velar por los derechos laborales y la seguridad de los trabajadores en España.
Como Inspector de Trabajo y Seguridad Social, ha desempeñado un papel importante en la implementación y supervisión de normativas para la protección de los empleados, abordando con determinación cada desafío que ha surgido a lo largo de su carrera.
Con una vocación muy temprana por el derecho laboral, José Antonio ha sido un defensor activo de la prevención de riesgos laborales, y realizando una una justa y efectiva aplicación de las leyes laborales.
Su amplia experiencia en diversos cargos de responsabilidad, incluyendo su etapa como Director General de Seguridad y Salud Laboral, que le ha permitido conocer de cerca las complejidades del mundo laboral y aportar soluciones que mejoran la vida de los trabajadores.
En esta entrevista, José Antonio Amate Fortes, Inspector de Trabajo y Seguridad Social con más de dos décadas de experiencia, nos explicará sus vivencia desde como funcionario.
Su trayectoria ha estado marcada por su compromiso con los derechos laborales y la prevención de riesgos en el ámbito laboral.
Y a lo largo de la entrevista, compartirá con nosotros sus los retos que ha enfrentado en su carrera y su visión sobre el la seguridad y la salud en el trabajo.
José Antonio, llevas más de 25 años trabajando como Inspector de Trabajo y Seguridad Social. ¿Qué te motivó a dedicarte a este campo y cómo fue tu camino hasta llegar a este puesto tan influyente?
Desde pequeño me interesaron las ciencias jurídicas, el derecho y desde joven estuve implicado en movimientos de defensa de los derechos de las personas trabajadoras. Más tarde, durante el estudio de la licenciatura de derecho y tras la asignatura de Derecho del Trabajo, podemos decir que el flechazo fue instantáneo.
Lo duro fue terminar la carrera y, mientras veía a mis compañeros de promoción iniciar el camino de su desarrollo profesional, tener que encerrarme a estudiar las oposiciones año tras año. En este momento, cuando miro la vista atrás, me doy cuenta de valió la pena el esfuerzo. Ahora bien, si le preguntáis al recién licenciado que se enfrentaba en su día a los temas, a lo mejor no os contesta lo mismo.
Y una vez aprobadas las oposiciones, una vez nombrado Inspector, no dejas de estudiar. Se trata de una profesión que te exige estar al día.
A lo largo de tu carrera, has ocupado diversos cargos de responsabilidad, desde Inspector hasta director general de Seguridad y Salud Laboral. ¿Cómo ha sido la transición entre estos roles y qué aprendizajes clave has adquirido en cada uno de ellos?
Un día te llama el consejero de Empleo y te pide una reunión porque quiere contar contigo para un alto cargo en la Junta de Andalucía. Y además, en algo que te apasiona como la prevención de riesgos laborales. Y simplemente no puedes decir que no. Cierras una casa y cambias de ciudad.
En ese puesto que tuve la suerte y el honor de ocupar se aprende muchísimo.
- En primer lugar, de la calidad y profesionalidad de las personas que ocupan la Dirección General: los empleados y empleadas públicas andaluzas que hacen un trabajo mudo, muy sacrificado y muy poco valorado.
- En segundo lugar, los representantes de los agentes económicos y sociales y su personal técnico, que me asombró su implicación en la prevención.
- Y, en tercer lugar, de las personas externas que de alguna manera trabajan día a día por mejorar la seguridad y salud en empresas y de las personas trabajadoras.
Ocupar ese puesto me permitió seguir aprendiendo en materia de prevención, pero desde una óptica diferente: no la “fiscalizadora” de la Inspección, sino desde la “colaborativa” de la administración. Y creo que un poco de ese espíritu se quedó conmigo a la vuelta a la Inspección activa.
Como Inspector de Trabajo, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrentas en tu día a día? ¿Qué aspectos del cumplimiento laboral requieren más atención actualmente?
Si nos centramos en la prevención de riesgos laborales, me temo que las empresas siguen invirtiendo mucho más en prevención formal, pero olvidan la prevención material.
El convencer a pequeñas empresas de que la prevención se debe cumplir, no como obligación legal, sino como una forma más de gestionar la propia empresa es quizás el principal desafío al que me enfrento. Convencer es que es más fácil cumplir.
En tu experiencia, ¿qué cambios has notado en la normativa laboral y en la actitud de las empresas hacia el cumplimiento de las leyes de seguridad y salud en los últimos años?
Las grandes empresas se han convencido de la necesidad de hacer prevención.
Pero echo en falta en esas empresas que subcontratan muchas fases de su proceso productivo que no actúen de locomotoras de la cultura preventiva exigiendo a sus proveedores y subcontratas unos mayores estándares de cumplimiento de la normativa laboral.
¿Cómo gestionas los casos en los que encuentras incumplimientos graves en materia de seguridad laboral? ¿Qué pasos sigues para garantizar que las empresas corrijan estos problemas?
Depende el caso concreto, pero como regla general, salvo en caso de riesgo grave e inminente o que la actuación inspectora sea resultado de haberse producido algún accidente o enfermedad, intento convencer a la empresa de que corrija la irregularidad detectada, efectuando un requerimiento de subsanación y repitiendo la visita pasada el tiempo fijado en el mismo para comprobar el cumplimiento.
Como Inspector, la Prevención de Riesgos Laborales es una parte esencial de tu trabajo. ¿Qué aspectos de la PRL son los que más se inspeccionan durante una visita a una empresa?
En el curso de la visita priman las condiciones materiales en las que las personas trabajadoras desarrollan su actividad y las medidas adoptadas por la titularidad de la empresa para su protección.
Posteriormente, analizar la documentación preventiva de las empresas y exigir la subsanación de las irregularidades que se adviertan.
En cuanto a la PRL, ¿cuáles son las deficiencias más comunes que observas en las empresas? ¿Existen sectores que tiendan a tener más dificultades para cumplir con las normativas de seguridad?
Como os decía anteriormente, hay un cumplimiento documental de la prevención que muchas veces no se corresponde con el cumplimiento material. Medidas de prevención contempladas en la documentación preventiva, pero que desaparecen en el tajo.
Yo no hablaría de sectores específicos, sino de inconsciencia y mala fe de algunas empresas e, incluso, de imprudencia de algunas personas trabajadoras.
En tu opinión, ¿qué medidas podrían ayudar a mejorar la cultura de la prevención en las empresas? ¿Cómo se podría fomentar un mayor compromiso de los empleadores con la seguridad y la salud de sus trabajadores?
Sin duda, más pedagogía por parte de la administración. Mayor integración de la prevención en las empresas con técnicos de prevención contratados por las empresas de menor dimensión, quizás con algún tipo de ayuda pública.
Mayor exigencia de profesionalidad a los servicios de prevención ajenos, con un mayor control sobre los más grandes que ven la prevención como un negocio. Estudiar la posibilidad de regular la figura del delegado de prevención territorial para aquellas empresas donde no existan representantes de las personas trabajadoras.
Pero, sobre todo, concienciación y formación. Es necesaria más formación práctica y a más temprana edad. Debería, la prevención de riesgos laborales, ser asignatura de, al menos, secundaria, que esos jóvenes a punto de llegar a la universidad o a la formación profesional, tengan ya conocimientos sobre la seguridad y salud en el trabajo.
En tu opinión, ¿cuáles son las tendencias emergentes en el ámbito de la inspección laboral? ¿Cómo crees que las nuevas tecnologías y el teletrabajo están cambiando la manera en que se llevan a cabo las inspecciones?
Con el teletrabajo tenemos el problema del acceso al centro de trabajo. Cualquier Inspector o Inspectora, en el ejercicio de sus funciones, está facultado para acceder a un centro de trabajo sin solicitar autorización, salvo en el caso de que se trate de un domicilio particular.
Por otra parte, resulta más complicado para las empresas el cumplimiento de sus obligaciones legales en materia de prevención: desde la gestión de la misma (realización de la evaluación de riesgos), como las propias condiciones materiales en las que se desarrolla el mismo.
Algo tan sencillo como cumplir con la normativa sobre trabajo con pantallas de visualización de datos.
¿Has observado una mayor conciencia en las empresas sobre la importancia de la salud mental en el entorno laboral? ¿Cómo se está abordando este tema desde el punto de vista de la inspección?
Sí que se observa una mayor concienciación de las empresas por la salud mental de su personal, que es mucho más que hacer ejercicios de meditación.
Es un implicarse en su personal y dar tanta importancia al cliente externo de la empresa, como a su cliente interno, que son sus trabajadoras y trabajadores.
Desde la Inspección existen campañas específicas para velar por el grado de cumplimiento por las empresas de sus obligaciones en materia de salud mental y riesgos psicosociales.
A lo largo de tu carrera, has visto evolucionar las políticas laborales y las condiciones de trabajo en España. ¿Cómo ves el futuro de la seguridad y la salud laboral en los próximos años?
Quiero ser optimista, aunque a veces sea difícil. Veo brotes verdes y cada vez más empresas implicadas.
Pero la administración, los poderes públicos, tienen que adoptar medidas que ayuden al cumplimiento.
No estoy hablando de conceder subvenciones, sino de mejorar regulaciones.
Tenemos una gran ley, pero en algunos casos se ha quedado obsoleta.
Y los reglamentos que la desarrollan, mucho más.
Con tu amplia experiencia como funcionario público, ¿consideras que trabajar en el sector público como Inspector de Trabajo te ha ofrecido mayores oportunidades y estabilidad en comparación con el sector privado? ¿Qué prefieres y por qué?
Trabajar en el sector público como funcionario te da una estabilidad profesional que no tienes en el sector privado. No dependes de la decisión de ninguna persona para tomar decisiones y los inspectores e inspectoras de Trabajo gozamos de autonomía funcional y técnica.
Sin embargo, echo de menos del sector privado, por lo que me cuentan los compañeros y compañeras que han dado el salto, el disponer de más medios tecnológicos y materiales y sobre todo de tiempo, para hacer mejor nuestro trabajo.
Para quienes se plantean la opción de opositar, ¿qué les recomendarías? ¿Crees que merece la pena optar por una oposición o aconsejarías explorar primero el sector privado?
Tal y como está el mercado laboral, opositar es una opción muy válida.
Ahora bien, quien se esté planteando esta opción que no olvide que no se regala nada.
Que exige mucho esfuerzo, sacrificio y fuerza mental, pero que se consigue aprobar.
Por último: ¿Le gustaría aprovechar esta oportunidad para añadir algo más?
Darte las gracias por la oportunidad de participar en vuestra publicación y animar a todas las personas que nos lean a que es posible hacer una mejor prevención.
Agradecemos a José Antonio Amate Fortes por su tiempo y por su tiempo y por compartir su experiencia y conocimientos con nosotros en conexión PRL.
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