Tengo el honor de presentarles al Sr. Joan Junyent Dalmases, un ingeniero técnico en minas y máster en Prevención de Riesgos Laborales, que ha tenido una destacada carrera en el sector minero, especialmente en operaciones subterráneas.
Aunque no se desempeña como prevencionista en el sentido estricto, su enfoque innovador ha marcado un impacto significativo en el ámbito de la prevención de accidentes laborales.
Ha dedicado gran parte de su tiempo a la divulgación sobre seguridad y prevención, utilizando formatos accesibles para conectar con un público más amplio.
Es autor de dos libros que han sido muy valorados en el ámbito de la prevención de riesgos. Su primera obra, El Gran Silencio, narra la historia de un accidente en una mina a gran profundidad y utiliza esta trama para reflexionar sobre la importancia de la cultura preventiva en el trabajo, tanto en la minería como en otros sectores. La novela combina elementos de ficción con lecciones prácticas en seguridad, haciendo la prevención más accesible y comprensible.
Su segundo libro, Gatos Negros, sigue esta línea con un enfoque narrativo que busca humanizar el campo de la prevención. Utilizando metáforas y relatos que invitan a la reflexión, el libro aborda los desafíos en la comunicación y concienciación sobre riesgos laborales, presentando situaciones cotidianas que resaltan la necesidad de una cultura preventiva eficaz.
La trayectoria profesional de Junyent, sumada a su habilidad para comunicar conceptos complejos de forma amena, le ha permitido ser un referente en la divulgación de la seguridad laboral, acercando estos temas a un público más amplio a través de sus libros y actividades formativas.
¿Qué fue lo que le llamó la atención sobre la prevención de riesgos laborales en un primer momento?
Los mineros antes de la Ley de Prevención teníamos la asignatura “Seguridad e Higiene en el trabajo”.
El interés por la PRL en los mineros nos viene de serie.
¿Hubo algún hecho específico que lo llevó a decidirse por este camino?
De hecho, no he tenido nunca el cargo de “prevencionista”. Yo siempre he estado vinculado a Producción.
Pero para ser el mejor director posible debes contar con la prevención.
¿Por qué decidió centrarse en el sector de la minería, una industria conocida por su alta peligrosidad?
Si te soy sincero no hay explicación. Soy de pueblo. Piedras y animales eran lo natural.
Entre Geólogo o Veterinario me quedé con una Ingeniería. Y encontré trabajo en la mina.
No fue una reflexión muy meditada.
¿Qué lo motivó a trabajar en un entorno tan desafiante?
Pues esta pregunta planteada así es bonita. Y quizás hasta relevante.
Sí, un montón de amigos abandonaron.
Quizás sí tenga que ver mi carácter. Los mineros eran ya mi gente. Los resultados nos iban respaldando.
Por supuesto mi mirada no es objetiva pero tampoco me engaño. Y cuando avanzas te vas animando. Y sientes que no te quieres fallar, ni fallar a los compañeros.
¿Recuerda algún momento particular en la mina que le hiciera replantearse la forma en que se abordaban los riesgos laborales?
La forma en que se abordaban no. La forma en el desempeño sí.
Desarrollar esto podría llevar horas. Conseguimos dar un giro y la principal solución vino de Organización Industrial.
Yo no concibo apenas separación entre necesidades de Producción y de Prevención.
Hablamos de integrar la prevención, pero hacemos lo contrario.
Hablar ya de prevención como algo muy diferente a la producción o al beneficio empresarial ya de por sí es muy indicativo.
¿Hubo algún evento que actuó como factor desencadenante para cambiar su enfoque sobre la seguridad?
No recuerdo algo puntual.
Sí un convencimiento que se va afianzando y que te indica que vas por buen camino.
La prevención es inteligencia.
Es ahorrarte dolor y dinero.
Hay mucha confusión.
¿Qué significa para usted la frase «Matar accidentes con palabras»?
Bueno, la utilicé para una bonita y exitosa jornada en la Fundación Laboral de la Construcción de Valencia con mis amigos Leonardo Ibáñez y Luis Salgado.
Ya dije que el principal problema es la confusión.
Es no entender el valor real de la prevención para el éxito empresarial o en la vida de cada uno.
Por ello es necesario mejorar la visión y saberla comunicar.
En Matar accidentes con palabras hablo de palabras pero me refiero a una comunicación completa como acción fundamental para avanzar.
¿Qué lo impulsó a escribir su primer libro, «El Gran Silencio»?
Las necesidades de un director de Producción.
Para influir en la prevención debemos hablar de prevención y formar en prevención.
Un empleado sincero te dirá que está cansado y aburrido de la prevención. Y la empresa cansada de pagar sin ver resultados.
La necesidad de herramientas ágiles, baratas, diferentes, divertidas y atractivas y para todos fue lo que me llevó a escribirlo. Y bueno, decir “necesito esto” fue fácil. Escribirlo…ya tal… pero los retos me van.
Al final salió un libro que lo leo hoy y pienso… como fuiste capaz de escribirlo. Pero ahí está para quien lo necesite.
Después del éxito de su primer libro, «El Gran Silencio», decidió escribir «Gatos Negros», también enfocado en la prevención de riesgos laborales. ¿Qué lo llevó a querer contar una nueva historia?
Pues más de lo mismo. La necesidad de las empresas.
Necesitamos diferentes mensajes y formatos, ágiles, persuasivos, que impacto tras impacto cambien nuestra forma de entender la prevención y avanzar.
El Gran Silencio es un accidente en la mina. Y su enfoque que los accidentes afectan la vida.
Me interesa ensanchar la mirada y ver como la ausencia de accidentes, es un puente directo al éxito.
En Gatos Negros no hay accidente ni trabajo.
Un equipo de baloncesto femenino. Además, muy visual. El diseño de la portada es toda una declaración de intenciones.
Debemos esforzarnos más. Los accidentes no piden cita previa.
Escribir sobre PRL en un formato narrativo no es común. ¿Qué le aportó personalmente este proceso de escritura?
Pues es un reto. Sé que quien lee el libro piensa que soy talentoso. Pues no. Soy un currante y un inconformista que no para hasta que digo: “ahora sí”.
Me puedo tirar semanas para ahorrar un minuto de lectura o porque algo no acaba de funcionar.
Pues me paso esa semana hasta que digo “ahora sí”.
¿Ha recibido algún feedback especialmente significativo o que le haya dejado huella?
Muchísimos. La gente no espera estos libros ni la formación que hago.
El feedback en los talleres es muy gratificante porque les ves los ojos y la gratitud en su voz.
No es cierto que los empleados no quieran hacer prevención, pero hay que mimar la formación.
Más tarde llega el feedback de la empresa y te marca porque habla de una realidad, de algo medido y su valor es diferente.
Cálido el de las personas y más científico el de las empresas.
A lo largo de su carrera, ¿hay alguna historia o anécdota que haya tenido un impacto positivo en su compromiso por mejorar las condiciones de seguridad? ¿Alguna experiencia que lo haya motivado a seguir adelante?
Muchas. Muchísimas. Cuando educas tu mirada ves la prevención en cada éxito y ya no te falta el fracaso, el accidente, para ver el valor de la prevención.
En El Gran Silencio hay una carta personal con un ejemplo imposible de superar.
Y uno de mis mejores amigos salvó su vida por hacerme caso.
Soy el Pepito grillo y si veo que con quien hablo está receptivo, mi prevencionista no deja de hacer su labor.
¿Tiene planes para escribir más libros o está trabajando en algún nuevo proyecto relacionado con la prevención? ¿Podría adelantarnos algo sobre sus futuros planes?
En “Gigantes de la prevención” voy a girar el foco de los empleados al prevencionista. Creo que puedo aportar mucho a los prevencionistas.
Ellos están ocupados y yo puedo hacer esa labor dando formación de alto valor. Con enfoque a resultados.
Debemos conseguir que empresarios y empleados valoren más la prevención y para ello debemos darles resultados. Y aunque no lo parezca hablo de la felicidad del prevencionista.
Gigantes es porque si se ven con mis ojos se vería gigantes, mucho más de lo que creen. Y quiero ayudarles a crecer y a comunicar mejor y ser más influyentes.
Hay otro proyecto en sus inicios y tiene que ver con una comunicación resonante.
Y tengo un libro pendiente que no sé si escribiré. Quedó un minero atrapado detrás de un camión ardiendo.
Lo rescatamos porque los bomberos no se atrevían y ojo, llevaban la razón ellos. Lo que pasó por mi cabeza en el rescate da para un libro.
A lo largo de su trayectoria, ¿ha notado un cambio en la forma en que las empresas y los trabajadores perciben la prevención de riesgos?
Se avanza, sin duda. Pero lento. Un pasito para adelante y otro para atrás.
¿En qué aspectos cree que se ha avanzado más, y dónde ve aún margen para mejorar?
En la mentalidad y en la visión.
Cuando comprendamos el valor de la prevención para el éxito de la empresa la integración será realidad.
Por último: ¿Le gustaría aprovechar esta oportunidad para añadir algo más?
Ante todo, agradecer la posibilidad que me habéis dado. Y repetir lo ya comentado.
La prevención puede ser motivadora y satisfactoria, pero necesitamos dar un paso atrevido adelante.
Nadie lo hará por nosotros si no ven la utilidad. Y la verán si la contamos mejor. Y eso solo depende de nosotros los prevencionistas, tenemos voz y capacidad de aprender.
Mi experiencia es amplia y los resultados están. Y verlos motiva y da felicidad además de Matar accidentes.
Gracias, un fuerte abrazo.
Agradecemos a Joan Junyent Dalmases por su tiempo y por compartir su experiencia y conocimientos con nosotros en conexión PRL.
Para más información, puedes seguirlo en LinkedIn: Joan Junyent Dalmases