La frase «siempre se ha hecho así» es una expresión común en muchos entornos laborales, utilizada para justificar la continuidad de prácticas antiguas o anticuadas. Sin embargo, detrás de esta sencilla afirmación se esconde una mentalidad peligrosa, especialmente en el ámbito de la prevención de riesgos laborales (PRL).
La seguridad en el trabajo es un tema crítico que requiere revisión, adaptación y actualización constante.
No se puede depender de la suerte o de la falta de accidentes previos para mantener un ambiente de trabajo seguro.
Al aferrarse a métodos pasados simplemente porque «nunca ha pasado nada», se abre la puerta a incidentes que podrían evitarse mediante una gestión más proactiva y la adopción de medidas modernas.
Este artículo explora en profundidad cómo la excusa «siempre se ha hecho así» representa un obstáculo peligroso para la seguridad laboral.
A través de ejemplos concretos y paralelismos como el famoso experimento de los cinco monos, examinaremos cómo esta mentalidad puede llevar a prácticas obsoletas que ponen en riesgo la vida de los trabajadores.
También veremos cómo una cultura de mejora continua puede transformar un entorno de trabajo en un espacio más seguro y eficiente, reduciendo significativamente el riesgo de accidentes.
El experimento de los cinco monos: Una advertencia sobre el conformismo
El «experimento de los cinco monos» es una metáfora frecuentemente utilizada para explicar cómo las normas sociales o laborales se perpetúan sin ser cuestionadas, incluso cuando las circunstancias que las originaron ya no existen. Aunque el experimento es más un mito que un estudio científico formal, su mensaje sigue siendo valioso para entender el comportamiento humano en los grupos y cómo las prácticas laborales pueden mantenerse activas mucho después de que hayan perdido su relevancia.
En el experimento, se coloca a cinco monos en una jaula con una escalera en el centro y un racimo de bananas en la parte superior. Cada vez que uno de los monos intenta subir la escalera para alcanzar las bananas, todos los monos reciben un chorro de agua fría. Con el tiempo, los monos aprenden a no subir la escalera para evitar el castigo.
Eventualmente, uno por uno, los monos originales son reemplazados por nuevos monos que nunca han experimentado el chorro de agua. Sin embargo, cuando los nuevos monos intentan subir la escalera, son atacados por los demás monos que, aunque no saben por qué, han aprendido a seguir la norma. Al final, ninguno de los monos originales queda en la jaula, y ninguno de los monos sabe realmente por qué está prohibido subir la escalera. Solo saben que deben seguir la regla.
Esta historia es una advertencia sobre el peligro del conformismo ciego y la falta de cuestionamiento. En muchas empresas, los procedimientos de seguridad se siguen simplemente porque «siempre se ha hecho así», sin considerar si siguen siendo necesarios o efectivos. Este tipo de mentalidad es especialmente perjudicial en la prevención de riesgos laborales, donde las prácticas anticuadas pueden poner en peligro la vida de los trabajadores.
El peligro de no cuestionar las prácticas de seguridad en el trabajo
En el contexto de la prevención de riesgos laborales, seguir un procedimiento sin cuestionarlo puede tener consecuencias desastrosas. La seguridad laboral no es estática; debe evolucionar para adaptarse a los avances tecnológicos, las nuevas normativas y las mejores prácticas. Mantener una práctica laboral simplemente porque nunca ha ocurrido un accidente es jugar a la ruleta rusa con la vida de los empleados.
A continuación, se presentan varios ejemplos en los que la mentalidad de «siempre se ha hecho así» se ha convertido en un obstáculo para la seguridad laboral.
Ejemplo 1: Uso de escaleras convencionales en lugar de sistemas anticaídas
Uno de los ejemplos más claros de la mentalidad «siempre se ha hecho así» en el trabajo es el uso de escaleras convencionales en lugar de sistemas anticaídas más seguros. En muchas industrias, como la construcción, el mantenimiento de edificios y la instalación de sistemas eléctricos, los trabajadores han utilizado escaleras simples durante décadas para acceder a alturas. Esta práctica ha sido efectiva para algunas tareas, pero también es una de las principales causas de accidentes graves y fatales en el lugar de trabajo.
Los avances en tecnología han proporcionado alternativas mucho más seguras, como plataformas elevadoras, andamios móviles y arneses anticaídas. Sin embargo, en muchas empresas, los trabajadores continúan utilizando escaleras convencionales simplemente porque «siempre se ha hecho así». Esta resistencia al cambio ignora las nuevas normativas y los riesgos asociados con las caídas desde altura, que siguen siendo una de las principales causas de muertes en el trabajo.
Es crucial que las empresas revisen regularmente sus prácticas de trabajo en altura y consideren la adopción de equipos más seguros. Además, los trabajadores deben ser capacitados en el uso correcto de estos equipos y en las mejores prácticas para minimizar los riesgos.
Ejemplo 2: Transporte manual de cargas pesadas sin equipos de asistencia
Otro ejemplo claro de la perpetuación de prácticas anticuadas es el transporte manual de cargas pesadas. En muchas industrias, los trabajadores siguen realizando este tipo de tareas sin la ayuda de equipos de asistencia, como carretillas, montacargas o sistemas de poleas. La justificación común es que «siempre lo hemos hecho así» y que no ha habido problemas hasta ahora. Sin embargo, esta actitud ignora el hecho de que las lesiones por sobreesfuerzo son una de las principales causas de bajas laborales.
Las lesiones musculoesqueléticas, como las distensiones, esguinces y hernias, son extremadamente comunes en entornos donde se requiere levantar o transportar objetos pesados manualmente. Estas lesiones pueden tener un impacto devastador en la vida del trabajador, causando dolor crónico, pérdida de movilidad e incluso incapacidades permanentes. Además, las empresas enfrentan costos significativos relacionados con las bajas laborales, la compensación por lesiones y la pérdida de productividad.
El uso de equipos de asistencia para el manejo de cargas pesadas no solo reduce el riesgo de lesiones, sino que también mejora la eficiencia y la productividad. Las empresas que invierten en tecnología moderna para ayudar a sus trabajadores a manejar cargas pesadas de manera segura están protegiendo tanto a sus empleados como a sus operaciones.
Ejemplo 3: Falta de revisión y mantenimiento de equipos de seguridad
Otro caso común donde la mentalidad «siempre se ha hecho así» puede ser peligrosa es en la falta de revisión y mantenimiento de los equipos de seguridad. En muchas empresas, los extintores de incendios, las salidas de emergencia, los sistemas de ventilación y otros equipos de seguridad permanecen en su lugar durante años sin ser revisados o actualizados. La lógica detrás de esto es que «nunca ha pasado nada», lo que genera una falsa sensación de seguridad.
Sin embargo, la falta de mantenimiento regular puede hacer que estos equipos no funcionen correctamente cuando se necesiten. Un ejemplo común es la falta de mantenimiento de los sistemas de ventilación en entornos industriales donde se manejan productos químicos peligrosos. Si estos sistemas no se revisan y limpian regularmente, pueden volverse ineficaces, lo que aumenta el riesgo de exposición a sustancias tóxicas y la posibilidad de explosiones o incendios.
Es fundamental que las empresas implementen un programa regular de inspección y mantenimiento de todos los equipos de seguridad. Esto incluye no solo asegurarse de que los equipos funcionen correctamente, sino también actualizar o reemplazar aquellos que ya no cumplan con las normativas actuales.
La importancia de una cultura de mejora continua en la PRL
Superar la mentalidad de «siempre se ha hecho así» requiere un cambio cultural dentro de las empresas. La prevención de riesgos laborales no debe verse como una tarea que se realiza una sola vez y luego se olvida. En lugar de eso, debe ser un proceso continuo de mejora y adaptación. Las empresas deben fomentar una cultura en la que se cuestione constantemente la eficacia de las prácticas actuales y se busquen formas de mejorarlas.
Una cultura de mejora continua implica la adopción de varias prácticas clave:
1. Auditorías de seguridad periódicas
Una de las formas más efectivas de identificar áreas de mejora en la seguridad laboral es realizar auditorías de seguridad periódicas. Estas auditorías permiten a las empresas evaluar la eficacia de sus procedimientos de seguridad actuales, identificar riesgos que puedan haber pasado desapercibidos y ajustar sus normativas según las últimas regulaciones y avances tecnológicos. Las auditorías de seguridad también proporcionan una oportunidad para involucrar a los trabajadores en el proceso de identificación de riesgos y en la creación de soluciones para mitigarlos.
2. Formación continua para los empleados
La formación es un componente crítico de la prevención de riesgos laborales. Los trabajadores deben estar capacitados no solo en los procedimientos de seguridad básicos, sino también en las últimas normativas y tecnologías de seguridad. La formación continua ayuda a garantizar que los empleados estén al tanto de los riesgos potenciales y sepan cómo evitarlos.
Además, la formación debe incluir un enfoque en la mentalidad de mejora continua. Los trabajadores deben sentirse capacitados para cuestionar las prácticas que ya no son efectivas o seguras y sugerir mejoras. Una cultura de seguridad proactiva fomenta un entorno de trabajo en el que todos se sienten responsables de la seguridad, lo que reduce el riesgo de accidentes y mejora la moral.
3. Inversión en tecnología de seguridad moderna
Las empresas deben estar dispuestas a invertir en nuevas tecnologías que puedan mejorar la seguridad laboral. Esto incluye desde sistemas anticaídas hasta equipos de asistencia para el manejo de cargas pesadas. La tecnología de seguridad avanza rápidamente, y las empresas que no se adaptan corren el riesgo de quedarse atrás.
La inversión en tecnología moderna no solo protege a los empleados, sino que también mejora la eficiencia operativa. Por ejemplo, el uso de maquinaria automatizada para tareas peligrosas reduce la exposición de los trabajadores a situaciones de riesgo, mientras que la tecnología de monitoreo en tiempo real puede detectar problemas antes de que se conviertan en incidentes graves.
Reflexión Final
La prevención de riesgos laborales no es solo una cuestión de cumplimiento normativo; es un compromiso con la vida y el bienestar de quienes hacen posible el funcionamiento de las empresas. La excusa de «siempre se ha hecho así» no puede ni debe ser una barrera para la evolución de la seguridad en el trabajo. Esta mentalidad conservadora es peligrosa porque ignora las oportunidades de mejora y perpetúa prácticas que, si bien pudieron haber funcionado en el pasado, hoy en día representan riesgos innecesarios.
La historia del experimento de los cinco monos nos recuerda que seguir normas sin cuestionarlas puede llevarnos a mantener comportamientos irracionales que ya no tienen sentido en un mundo en constante cambio. De la misma manera, las empresas deben aprender a cuestionar y revisar regularmente sus procedimientos de seguridad para garantizar que se mantengan actualizados y alineados con las mejores prácticas.
Invertir en la seguridad laboral no solo protege a los trabajadores, sino que también fortalece a la empresa, aumentando la productividad, mejorando el ambiente laboral y evitando costos asociados a accidentes. La cultura de mejora continua es el mejor antídoto contra el conformismo y la complacencia. Al promover la adaptación, la innovación y la capacitación constante, las empresas pueden construir un entorno más seguro y eficaz, donde los empleados no solo estén protegidos, sino también empoderados para contribuir a un futuro más seguro.
En última instancia, la prevención de riesgos laborales debe ser vista como un pilar fundamental de la sostenibilidad empresarial. Decir «siempre se ha hecho así» no debe ser una excusa para dejar de mejorar; al contrario, debería ser la motivación para buscar nuevas y mejores maneras de proteger lo más valioso que tiene una empresa: sus trabajadores.
FAQs
Porque impide la adopción de nuevas medidas de seguridad y puede perpetuar prácticas peligrosas que aumentan el riesgo de accidentes laborales.
Al no cuestionar ni actualizar las prácticas de seguridad, las empresas pueden quedarse atrás en cuanto a normativas y tecnologías que podrían prevenir accidentes.
El uso de escaleras simples en lugar de sistemas más modernos y seguros para trabajos en altura.
Realizando auditorías de seguridad periódicas, fomentando la formación continua y adoptando nuevas tecnologías de seguridad.
Aumenta el riesgo de accidentes laborales, lo que puede llevar a sanciones legales, pérdidas económicas y afectación a la salud de los empleados.
Mostrando estadísticas de accidentes, estudios de casos sobre mejoras exitosas en otras empresas y proporcionando información sobre nuevas normativas y tecnologías.
- Identifican áreas de riesgo y procedimientos obsoletos, permitiendo implementar mejoras y reducir la probabilidad de accidentes.
Puedes sugerir una revisión de los procedimientos a través de los canales formales, como los comités de seguridad laboral o los representantes sindicales.
Las normativas varían según el país y la industria, pero es esencial seguir las directrices gubernamentales y las normativas internacionales de seguridad laboral.
Mejora la seguridad de los empleados, reduce el riesgo de accidentes y multas, y aumenta la eficiencia y productividad en el lugar de trabajo.